En un universo tan diverso y heterogéneo como el de Iberoamérica, en el que priman las experiencias compartidas de empresas y la colaboración entre sus instituciones más representativas, es habitual que surjan disputas y controversias, especialmente desde la irrupción de la pandemia. En este entorno las empresas son las protagonistas de la libertad de comercio e inversión y los abogados enarbolan el derecho a una defensa justa e imparcial. Por tanto, el consenso, la seguridad jurídica y la visión a largo plazo son factores que deben estar siempre presentes en la Región, y más en un contexto de crisis.

Un buen sistema de resolución de conflictos debe dotar de seguridad ainversores y comerciantes, mediante la oportunidad de solventar conceleridad las diferencias, tensiones y disputas que puedan surgir. Y espor ello que el arbitraje es un instrumento muy valorado por el sectorprivado, ya que supone un respaldo muy importante para que lasempresas puedan seguir apostando por la internacionalización de susactividades. Una herramienta común, accesible económicamente, conun lenguaje y una jurisdicción cercana.

Nuestra sociedad, y con ella nuestra economía, es cada vez másinnovadora, globalizada, compleja y cambiante. Los empresariosabanderan el cambio tecnológico y social y deben hacer frente anuevos retos en el panorama actual. Y estos nuevos desafíos a nivelinternacional requieren flexibilidad, eficiencia, eficacia y especialidad.Por este motivo, las empresas optan en numerosas ocasiones por eluso de métodos alternativos de resolución de conflictos ajenos a la víajudicial, entre los que no sólo se incluye el arbitraje, sino tambiéndiversas iniciativas y estrategias de mediación y conciliación,permitiendo así que las controversias se resuelvan de manera privada,ayudando a descongestionar los tribunales y evitando, en la medida delo posible, un proceso de confrontación.

Como ha ocurrido en casi todos los sectores desde el comienzo de lapandemia, la innovación y las nuevas tecnologías también han llegadoal mundo arbitral, acelerando su proceso de adaptación y detransformación digital, para poder simplificar los trámites, adquirir cadavez más herramientas virtuales, reducir costes y ampliar los plazos,entre otras medidas. Esta amplia gama de alternativas a la vía judicial:arbitraje, mediación y conciliación, representan, sin duda, unmecanismo de extraordinario potencial y supone un claro valor defuturo, que facilita la colaboración entre el sector público y privado paraseguir trabajando conjuntamente en armonía.

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Informe: “Miramos hacia delante. Las empresas iberoamericanas antelos conflictos. Negociación, Mediación y Arbitraje” (Julio 2020). Para leer el documento, pincha aquí