La crisis del coronavirus amenaza con provocar una década perdida en lo económico y dos décadas perdidas en lo social. América Latina es la economía más golpeada del mundo por la pandemia, con cerca del 30% de los fallecimientos y donde la pobreza ha retrocedido a los niveles de 1990. El año 2020 ha sido el peor año de la región desde que tenemos registros. Según el Fondo Monetario Internacional, anunciaba hasta 2023 no retornarán los ratios de riqueza de 2019 a la región y habrá que esperar a 2025 para recuperar el ingreso per cápita. Se torna fundamental potenciar modelos de negocios sostenibles.

En este contexto, la actividad de la empresa ya no se considera soloprivada,tiene también una dimensión pública y debe responder a unpropósito social. Cada vez más se exige a las empresas que no sedesentiendan de los problemas del mundo y la economía global y las empresas dependen cada vez más del capital intangible, del capitalecológico y del capital social. Inmersa en la redefinición del entorno económico que se está configurando como consecuencia de la aparición de la pandemia, Iberoamérica está tratando de situar la sostenibilidad en el centro de sus programas de recuperación económica.

En este sentido, el sector privado, tanto las organizaciones empresariales como las empresas, actores esenciales de la sociedad civil, juegan un papel crucial en las respuestas frente a los grandes desafíos de nuestra sociedad, que deberán ser sostenibles en términos económicos, sociales y medioambientales.

En este camino, el sector empresarial debe emplear la Agenda 2030,sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y 196 metas, como una herramienta en la toma estratégica de decisiones y una referencia transversal en los nuevos modelos de negocio corporativo que surjan como consecuencia del COVID, no sólo a nivel doméstico sino también en los mercados internacionales. De este modo, aquellas compañías que logren incorporar la sostenibilidad en su estrategia empresarial verán traducida dicha sostenibilidad en una ventaja competitiva, al contribuir directamente, mediante la creación de valor, a dar respuestaa los grandes desafíos de la sociedad iberoamericana.

Para ello, pese a la gran capacidad de gestión y de movilización derecursos, tanto humanos, como técnicos y financieros de las empresas, el sector bancario jugará un papel determinante debido a las grandes necesidades de inversión surgidas a raíz de la crisis. UNCTAD estimaque serán necesarios entre 5 y 7 billones de dólares de inversión al año para acelerar el cumplimiento de los compromisos financieros ligados alos ODS. En este contexto, resulta imprescindible involucrar al sectorfinanciero (finanzas verdes y sostenibles) y promover la inversión en aquellas actividades que contribuyan a una recuperación sostenible enla Región.

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Informe: “Sostenibilidad en Iberoamérica” (Febrero de 2021). Para leer el documento, pincha aquí